LA ANOREXIA PROVOCA NEUROINFLAMACIÓN, CLAVE PARA ENTENDER ESTE TRASTORNO DE LA ALIMENTACIÓN
Boletín UNAM, Marzo 17, 2018
• Daniel Reyes Haro, del Instituto de Neurobiología campus Juriquilla de la UNAM, desarrolla una investigación para dilucidar los mecanismos neuronales determinantes de este padecimiento
• La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que conlleva una restricción calórica extrema, lo que provoca una disminución acelerada del peso corporal, osteoporosis e incluso amenorrea
Al hablar de células del cerebro, las neuronas son el referente obligado. Sin embargo, las células gliales son las más abundantes y su disfunción modifica la homeostasis de este órgano. Por ello, su estudio es clave para entender las alteraciones ocurridas en trastornos psiquiátricos como la anorexia nerviosa, expuso Daniel Reyes Haro, del Instituto de Neurobiología (INb) campus Juriquilla de la UNAM.
“Aún no dilucidamos los mecanismos específicos que originan la anorexia nerviosa, pero sabemos que ante una restricción calórica severa se dan procesos de neuroinflamación promovidos por las células gliales, los cuales impactan en el hipotálamo, además de producir déficits cognitivos en regiones como el hipocampo y la corteza prefrontal, como sugieren los estudios de resonancia magnética realizados en pacientes con este trastorno de la conducta alimentaria”, explicó.
No obstante, se desconocen las alteraciones que ocurren a nivel celular. Nuestros estudios en modelos murinos (con ratones o ratas) de anorexia buscan contribuir en esta dirección, agregó.
Para el académico, indagar con roedores puede arrojar luz sobre el tema debido a que en la fauna se observan estrategias en las que se inhibe la ingesta a fin de sobrevivir, como los osos al hibernar, o cuando los pingüinos machos son abandonados por sus compañeras y se quedan hasta cuatro meses sin comer con tal de incubar un huevo; esto se conoce como anorexia animal.
“Aquí la privación de alimento es regulada fisiológicamente como una estrategia adaptativa, lo cual es parte natural de su ciclo de vida. No obstante, en el humano es una conducta alimentaria aberrante”. Para mayor información recomendamos consultar el Boletín UNAM.